¡Me visto despacio, porque voy de prisa!
El líder y el deseo irrefrenable por la inmediatez
Pon este cartelito en un lugar visible de tu escritorio, me dijo mi coach ejecutivo. El cartelito decía “me visto despacio, porque voy de prisa”. Hace algunos años era obvio que necesitaba cultivar la paciencia. Tenía una respuesta inmediata a todo, terminaba la frase de la persona que me hablaba y me angustiaba cuando no veía resultados rápidos. Era la típica gerente sabelotodo de mi época: decidida y cumplidora de metas.
La paciencia es clave para la calidad de tus decisiones
“Es que tengo que hacer algo, me decía”. La paciencia es la capacidad de tomarte el tiempo para entender una situación a consciencia, dejar madurar ideas o soluciones, y cosechar resultados a su tiempo. El secreto es poner una pausa entre el estímulo y la acción. Usa la pausa para afinar tu percepción, digerir información y sopesar opiniones diversas con curiosidad. Escucha la voz de tu experiencia y la de tu equipo. Toma en cuenta el timing. Así, no solo evitarás decisiones impulsivas, erradas y/o a destiempo, sino verás como tus decisiones son bien recibidas, generan mayor valor para la empresa e impacto positivo en la sociedad.
La paciencia es clave para la calidad de tus relaciones
“Es que ya se lo que me va a decir, me decía”. Se necesita paciencia para escuchar con empatía, tolerar las diferencias, lograr consensos, y mantener la confianza. Gestiona con paciencia la relación con los stakeholders y verás como se multiplica el valor que genera la empresa, como disminuyen los conflictos y reclamos, y te sorprenderás en las crisis al ver como se levantan voces amigas para defenderte.
La paciencia es clave para la calidad de tu futuro
“Es que lo necesitamos para ayer, me decía”. Una de las críticas al capitalismo es su enfoque en generar ganancias en el corto plazo. Eso está cambiando por un propósito que inspire a la empresa en la búsqueda de logros trascendentes. Necesitas paciencia para sacrificar el hoy por el mañana, para resistir la tentación de la gratificación instantánea, para volver a reinventar y transformar el modelo de negocio ante el cambio acelerado. Tu recompensa es saber que eres parte de la construcción de un futuro que te trasciende, de un legado sostenible para la humanidad.
Hoy que tenemos lo que queremos al alcance de un click, nos hemos vuelto impacientes. No perdamos la capacidad de hacer una pausa antes de actuar, de sembrar, nutrir y cultivar relaciones de confianza, y de regalarle tiempo a nuestros sueños. Es una cualidad de liderazgo consciente que se valora cada día más.
Artículo publicado en GESTION el 21 de Agosto de 2023
Mariana Rodriguez Risco
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