Siempre es el momento ideal para hacer un análisis de la importancia de reconstruir la confianza en el empresariado peruano. 

La integridad es la práctica de ser honesto y demostrar una lealtad inflexible y consistente a sólidos principios y valores morales y éticos. Confiamos por naturaleza en las personas íntegras. Lo mismo sucede con las empresas. Pero en el Perú los índices de confianza son bajos. En parte porque se cree que las empresas no son honestas, ni actúan bajo principios morales y éticos.  

Para revertir esto, los líderes empresariales necesitan construir una cultura de integridad empresarial dando los siguientes pasos: 

1. Lidera una empresa con propósito 

Construye una cultura que responda a los retos de una empresa con propósito. Cuando las decisiones de tu organización están motivadas por un objetivo mayor para la sociedad, y no solo en maximizar ganancias, estás elevando los estándares. Estás alineando a todos tras algo que trasciende las necesidades individuales y que los inspira a dar lo mejor de sí mismos.  

En una organización que pone las ganancias como objetivo. ¿Por qué a los colaboradores les importaría otra cosa que no sea obtener la mayor ganancia personal?  No podemos construir confianza en las empresas sin tener un propósito.

2. Opera basado en Confianza 

Contrata personal basándote en valores y no solo en capacidades. Empodéralos a hacer lo correcto aún cuando nadie los está observando. Libera el buen juicio, la creatividad y la capacidad de riesgo de tus colaboradores. Así tendrás una empresa ágil e innovadora. 

Construir confianza en las empresas, empieza construyendo la confianza en cada miembro del equipo. Los códigos éticos, políticas anticorrupción, control de procesos y auditorías, líneas dedicadas de llamadas, son necesarios. Pero no tendrán un impacto significativo si el principio subyacente es que el comportamiento indebido solo será restringido con supervisión, control y castigo. 

3. Pon los incentivos correctos 

Como líder en el más alto nivel, al poner objetivos y metas, responsabilízate por los mensajes que das, las presiones que ejerces, los incentivos que implementas. Es muy importante que seas explícito -y no vago- sobre la forma correcta de lograr las metas de la empresa. Cuida el tono que estás estableciendo. Limita los incentivos atados a desempeño financiero o resultados en el corto plazo y no aplaudas a las “estrellas” que alcanzan metas por caminos poco claros. 

4. Construye resiliencia corporativa 

Para ganar la carrera a largo plazo, con integridad, construye resiliencia. Una organización que cree en su capacidad de responder con acciones positivas a los contratiempos. Una organización que, una y otra vez, se enorgullece de sacar ventaja de lo que parecen ser situaciones imposibles. Hay cada vez menos tolerancia para los altibajos naturales de hacer negocios en un ambiente de cambio acelerado. Las presiones para encontrar “atajos” se oponen al camino más largo que las corporaciones deben estar dispuestas a tomar para preservar la integridad corporativa. 

5. Sé un activista de integridad empresarial 

Es necesario que los líderes corporativos condenen públicamente las faltas éticas y actos de corrupción. Además, que participen activamente en foros donde se promueva la ética empresarial. Esto no solo toma tiempo sino coraje. Enfrentarás sarcasmo e incredulidad. Tendrás que ser transparente con tus errores. Es posible que debas aceptar el fin de algunas amistades. Pero solo siendo parte de un movimiento orientado a una nueva forma de hacer empresa, seremos capaces de construir confianza en las empresas. 

Las empresas no son inmorales o poco éticas, las personas lo son. Para construir confianza en las empresas, los líderes empresariales debemos esforzarnos por construir nuestro propio carácter, practicar y modelar la integridad en todos los ámbitos de nuestra vida y hacernos responsables del comportamiento de nuestras empresas.